CARTA A MI MISMA

LA CASA DE LLUVIA, AMOR Y FUEGO

Zarandeada por huracanes bravíos reuní todas las fuerzas de mi alma en desafío de construir un pequeño apartamento que contraste con tiempos opulentos de otrora.
Desafío de poblar la nada informe y desolada con formas claras y bellas, fragancias, flores y luciérnagas. Mi pequeño hogar, mi casa de lluvia , amor y fuego.
En tales afanes, un niño-hombre pone luz, calor y música en la casa.Y en mi alma estallan soles, rigideces frías se entibian, sonidos de risas alejan el espanto.
Me trae chocolates , me llena con nombres fantásticos y me da una ocasión para soñar.
Me deleita entregarme al hombre y refugiarme en sus brazos.Y al niño cuido y protejo.
Porque el niño ríe, tiene esperanzas. Descubre asombrado la vida.
Descansa en mi regazo, mi niño.Tómame con pasión, mi hombre. Porque aún cuando marches al amanecer, la casa de lluvia , amor y fuego, habitará por siempre en tu corazón.
Y yo, que vengo marchando enceguecida, bajo el sol y la tierra ardiente, de campos desvastados, herida, dejando huellas de sangre, me refugio y me amparo reestañando heridas en mi hogar de lluvia, amor y fuego, de formas claras y bellas, de fragancias, flores y luciérnagas.Y de tí, aunque no estés y estés, aunque un hombre de sienes algo plateadas esté conmigo y no...

M.B.R.